ENSAMBLAJE: DE LA ARTICULACIÓN A LA GENERACIÓN DEL OBJETO

Résumé

Es posible abordar a la arquitectura por medio de la exploración de organizaciones materiales y espaciales, no desde su condición formal o tipológica, sino como máquinas abstractas que producen sentido a través de las propiedades emergentes producidas en las interacciones entre sus componentes, más allá de sí mismos.
El estudio minucioso de objetos arquitectónicos permite extraer dispositivos y estrategias asociados a elementos y operaciones geométricas que regulan su posición, su comportamiento y el modo en el que se asocian unos componentes con otros. La preocupación por la articulación entre elementos y materiales, es a pesar de lo evidente, algo más que una estrategia expresiva o un recurso de un lenguaje que se superpone a un objeto arquitectónico definido a priori. Manuel De Landa (De Landa, 2006) define a estas organizaciones materiales como ensamblajes. Una organización cuyas propiedades son emergentes que se producen en la relación entre sus componentes y no a partir de la sumatoria de caracteres individuales.
Desde la teoría de los Sistemas Complejos la idea de ensamblaje sugiere, para el campo de la arquitectura, una dimensión material-operativa. Contenida en su propia organización, la organización material de los objetos arquitectónicos posee capacidades intrínsecas que permiten operaciones de transformación, crecimiento y proliferación más allá del objeto en sí. Para el campo del proyecto arquitectónico, un ensamblaje puede constituirse como un dispositivo, un instrumento de organización donde todos sus componentes de comportan de manera orgánica, orientado su comportamiento hacia vínculos desencadenados a partir de sí mismos.
Sus capacidades de autoorganización determinan lógicas de comportamiento y agrupamiento capaces de determinar propiedades geométricas, espaciales, materiales y formales, como emergencias de dicha asociación.
La capacidad de los ensamblajes de unir aquello aparentemente irreconciliable, pero preservando su autonomía y, produciendo nuevos sentidos como propiedades emergentes, pareciera ser una posibilidad de pensar el proyecto desde una posición alternativa basada en la regulación de la materia y en su articulación como capacidad generativa.