Mesa Proyecto y Habitar 6

Autori

  • Gastón Rodríguez Blanco

Parole chiave:

Materialidad, Morfología, Sustentabilidad, Vivienda, Paisaje

Abstract

En los trabajos presentados para la mesa, ha sido un enfoque común el análisis de las formas y su importancia en el proyecto y el habitar. De esta manera han cuestionado las funciones que surgen desde la morfología y la materialidad, preguntándose que podemos proponer desde su proyección o que nos pueden estar diciendo los habitantes desde sus concreciones materiales.

De esta manera analizan cual es la calidad de los espacios en cuanto a las estrategias adoptadas y cuáles son las estrategias que hacen al hábitat, independientemente de la escala de implementación, surgiendo una búsqueda sensible en como los usuarios viven esos espacios. También algunos de estos trabajos se reflexionaron a partir de un sentido amplio de sustentabilidad, tanto para el medio ambiente natural, como para el social, y cuyo objetivo es producir hábitats que se apten a las formas de vida de sus habitantes.

Miguel nos presentó el diseño arquitectónico bioambiental, teniendo en cuenta los factores vinculados a las condiciones bioclimáticas del sitio, pero a su vez, el contexto social, económico y la temporalidad del proyecto y su ejecución, los cuales atraviesan la vida útil del mismo.

Para esto nos presentó y analizó tres casos de viviendas en Salta (Cachi, Cafayate y El Alfarcito), construidas en distintos momentos y con fines diferentes, siempre teniendo en cuenta las Normas IRAM, pero también a través de una metodología de encuesta de percepción del confort de los usuarios con el fin de confrontar los resultados con los sistemas constructivos ejecutados y las decisiones proyectuales incorporadas.

Aresta trabajó el concepto de morfologías sensibles, el cual se encuentra en nuestro entorno natural tangible e intangible. Para esto pensó en la morfogénesis, la cual considera la aleatoriedad y la indeterminación, pensando como necesario las analogías y metáforas de los procesos generativos de la biología en el proyecto arquitectónico.

Imagina una arquitectura que no sea reduccionista con sus formas y que al igual que la construcción de viviendas de tipo vernácula, y a través de la intuición, pueda observar los fenómenos naturales e ir evolucionando en base a sus necesidades. Entiende como necesario los procesos y movimientos de transformación como los generadores de estas morfologías orgánicas, las cuales, a diferencias de las geometrías euclidianas, pueden ser más acertadas para las prácticas complejas del Hacer, Sentir y Pensar.

Romero reflexionó sobre los espacios comunes de las viviendas sociales, los cuales ve, como territorios de oportunidades a partir del componente social, el que se vuelve uno de los grandes modificadores de estos espacios, teniendo en cuenta que se componen por los habitantes de los conjuntos y por quienes habitan el borde de estos. Estos grupos se interrelacionaron y a partir de sus intereses entraron en tensión, transformando y moldeando el paisaje a partir de sus identidades, inequidades y tipos de apropiación.

En este trabajo el paisaje apareció como resultado vivencial de los propios habitantes a partir de sus experiencias cargadas de historias, vulnerabilidades, necesidades y conflictos, siendo un paisaje que no solo es lo observado, sino producto de las experiencias previas de quienes lo habitan. A partir de esta idea se detuvo en algunas tensiones relacionadas con el uso del espacio y con el borde para reconocer, desde la idea de lo colectivo y lo participativo, aquellos rasgos dominantes del paisaje y que concluyó que la misma debería ser una tarea interdisciplinar.

Scuderi nos puso en valor la condición de “lugar” en el proceso de proyectar, específicamente, los conjuntos de vivienda sociales. Para ello eligió casos en los que se rescata desde lo que hay (la cultura) y desde lo que hay materializado (lo existente).

Para esto analizó un caso de viviendas de Tony Díaz, en el que, el arquitecto, a partir de leer lo conocido permitió el desarrollo de ideas para el presente futuro, generando una “resonancia temporal” y aludiendo a la memoria colectiva, y un caso de viviendas de Lacaton y Vassal, en el que a partir de actuar sobre un conjunto existente a través de un “trabajo de cirujanos”, lograron generar un mayor bienestar a sus usuarios desde lo que hay.

Finalmente, Varela retomó la tesis de Faiden a partir de su idea de vinculación entre la ciudad y la construcción en altura. Precisando que, en la modernidad, esta relación comenzó a ser por complementariedad, como lugar donde la esfera de lo público y lo privado sufrió un reordenamiento: la ciudad asciende mientras que el edificio desciende.

Para esto el autor nos precisó cuatro momentos de relación en el vacío entre edificio y ciudad. Un primer momento protagonizado por Le Corubusier y Mies van der Rohe en el que el edificio cambiaba su lógica al entrar en contacto con el suelo y generaba un vacío. Un segundo momento en la posguerra en el que el vacío se realizaba en una ciudad consolidada en la que los actores públicos y privados entrababan en conflicto. Un tercer momento en el que el vacío se volvió volumétrico convirtiéndose en basamento. Y un cuarto momento en el que el vacío se expandió en altura y se estratificó. A posterior, el autor analizó algunas obras de Adamo-Faiden, teniendo en cuenta estas situaciones de contacto entre el ámbito público y privado a partir de la generación de vacío.

Enlace a la grabación de la Mesa PyH 6:

https://www.youtube.com/watch?v=xGKbC04Xw3E

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Pubblicato

2024-01-03