DESPUÉS DE LA CRONOLOGÍA

Abstract

Este trabajo intenta abordar el problema actual del campo de la enseñanza de la Historia de la Arquitectura en los cursos de grado de las facultades de arquitectura locales para construir nuevas prácticas y herramientas para el estudio del proyecto arquitectónico.
La crítica situación presente es consecuencia de técnicas y herramientas de estudio originalmente ya equivocadas y de prácticas con intervenciones externas a la disciplina que han degradado el análisis histórico del pasado de la arquitectura.
Desde el siglo XVIII la arquitectura ha sufrido una forma de estudiar su pasado creada por historiadores del arte y no arquitectos proyectistas, quienes han desviado la forma de estudio del proyecto en el pasado hacia una actividad cada vez autónoma plagada de explicaciones establecidas y conformistas basadas en la fe en la cronología, en interpretaciones causales o contextuales, en clasificaciones absurdas, en etiquetas arbitrarias e historiografías autoalimentadas, solo descriptivas y repetidas una y otra vez por distintos autores, que definieron una manera muy ligera y cómoda de tratar algo tan profundo como el acervo de la disciplina, los objetos del pasado de la arquitectura. Todo esto, en un plan perfectamente construido para nunca llegar a profundidad de lo que propone cada proyecto, cada obra de arquitectura.
Este tipo de trabajo sobre la historia, no ha podido digerir, por ejemplo, temas como el proyecto diagramático u otras experiencias de la era digital pues no caben en las categorías que tanto han usado. Algunos caen en el fácil error de creer que estas últimas experiencias deben estudiarse con métodos y herramientas diferentes a los de la arquitectura clásica proponiéndose como historiadores de lo antiguo y otros como historiadores de lo contemporáneo.
Por el contrario, proponemos construir nuevas herramientas de trabajo y técnicas de estudio para toda la arquitectura realizada o proyectada, basadas en conceptos de Nietzsche, Foucault y Warburg, un estudio del pasado con ojos de proyectistas y de docentes de proyecto, no de historiadores de gabinete.
Es así que se construyen formas operativas del estudio y enseñanza del pasado mediante el criterio de Anacronismo en contra de una historia lineal de causalidades, y llevando a la historia hacia la concepción arqueológica-genealógica construyendo un camino de la historia efectiva nietzscheana escapando a la comodidad como proponía Arnold Schönberg hace cien años.